miércoles, 19 de agosto de 2009

En peligro de perderse


Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea, y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo. Hechos 9:31
En este versículo se hace una descripción extraordinaria de la iglesia del Señor. Dios fue glorificado, exaltado y honrado por su pueblo. Su testimonio trastornaba las ciudades. Su presencia se sentía y causaba conmoción en todos los lugares. Generaban gran preocupación entre los líderes religiosos. Hacían perder el sueño a los sacerdotes, al jefe de la guardia del templo y a los saduceos y los fariseos. Sus rostros eran conocidos en los tribunales, adonde eran llevados frecuentemente para testificar de su fe en el Cristo resucitado.

Lucas dice que todas las iglesias tenían paz, que eran edificados en la palabra y que permanecían unánimes, andando en el temor del Señor, creciendo fortalecidas por el poder del Espíritu Santo. ¿Qué tenían aquellos creyentes del siglo primero que parece haberse perdido en la iglesia del siglo XXI?

Es obvio que en muchas cosas los aventajamos. Académicamente, somos mejores. Tenemos a nuestra disposición más tecnología que aquella con la que ellos contaron: televisión, radio, viajes aéreos, correos electrónicos, computadoras, Internet y nuestra página web personal. Sin embargo, hemos perdido muchas virtudes que ellos poseían. Una de las más importantes es el concepto del temor de Jehová. La iglesia apostólica caminaba en el temor de Dios. En aquellos días no tenía suficiente influencia para sacar de la cárcel a Pedro, pero tenía suficiente poder para orar que Dios lo sacara de allí. Aunque es importante, tener influencia social no debe ser motivo de satisfacción que induzca a olvidar el temor del Señor. Es mejor poseer poder espiritual que influencia social.

Los primeros cristianos andaban en el temor de Dios. La cultura no los invadía; ellos penetraban la cultura. Se apoderaron de su cultura y la transformaron.

Hoy la influencia humana amenaza a la iglesia. Muchas veces el control está centrado en el hombre y no en Dios. El temor de Jehová, mencionado en más de trescientos pasajes bíblicos, parece olvidado. Hoy hablamos mucho del amor de Dios, como debe ser, pero con frecuencia olvidamos su juicio, ¿Cómo está el temor de Jehová en tu vida? Decide hoy caminar en el temor de Jehová. Todo lo que tengas que hacer hoy, hazlo en el temor del Señor.
Como dijo el profeta: «A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo» (Isa. 8:13).

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